28.11.09

HOMENAJE A LOS POETAS DEL BLOG QUE TRANSITAN AHORA LA ETERNIDAD



MI HUMILDE HOMENAJE A QUIENES DE ALGUNA U OTRA MANERA ME HAN ACOMPAÑADO EN MISPOETASCONTEMPORANEOS Y SEGURAMENTE LO SEGUIRÁN HACIENDO DESDE DONDE ESTÉN.
¡SIMPLEMENTE GRACIAS DESDE LA EMOCIÓN...!
GUS.

27.11.09

Poema de Graciela Caprarulo


la voz, murmullo de la tierra
se yergue
y atraviesa los tímidos vestigios

migran los pájaros
y las estrellas rescatan
el último naufragio del hombre

somos altares, superficies apenas
en las que otros dioses
ofrendan su pan y juegan
a que éste será
................. su último comienzo

© Graciela Caprarulo

Poema de Susana Rozas



POSTAL

Estampa de puntillas,
enmarcando cada habitación,
donde guardabas
mi púber decencia
.......
de sepia se teñían los rostros
de los hombres
para no espiarnos las medias
............
después
el pasillo mutó
en
otra estampa

© Susana Rozas

Prosa de Silvia Loustau


Cartas Marinas

II

Los pájaros trazaban altos círculos y arcos en el aire. Algunos volaban raudos por los surcos del viento marino, giraban y se deslizaban por ellos, como si fueran un solo cuerpo cortado en hilos. Como una red caían al descender sobre el perfume de los tilos. Un pájaro voló solitario y se posó en una blanca estaca. Abrió las alas y las volvió cerrar.
En el jardín habían caído algunos pétalos. Reposaban sobre la tierra, ahuecados como cuencos. Una hoja muerta corría y luego se detenía, cansada, apoyada en un tallo. Por todas las flores pasaba la misma onda de luz, en un repentino estremecimiento y esplendor, como si un ala de plata hubiese cortado el verde cristal de un lago. De vez en vez, un soplo rasante e imperioso agitaba arriba y abajo multitudinarias hojas, y, cuando el soplo comenzaba a extinguirse, cada hoja recobraba su identidad.

© Silvia Loustau

Poema de Sebastián Olaso



Tuve que sentarme a un costado de la ruta.
Miré sin fijar la vista, pensando más en mí que en el paisaje,
viéndome atento a los giros de una bandada
que no estaba allí,
viéndome abrazado a figuras amadas
que no estaban conmigo,
sintiéndome nacer a una vida que se hundía
en otro cuerpo, respondiendo a otras palabras,
seguro de que el agua consolaría las fieras de otro paladar.
Ya nunca, nunca, nunca más tendría en mi memoria
una infancia con campo y bicicleta,
ya nunca más vería en el espejo esos ojos tristes.
Esperar ya no sería esperar el abrigo.
De ahora en más, cargaría otro peso,
escucharía otros acordes en las viejas rapsodias,
me ofenderían otros gestos, los mismos gestos
no me hablarían ya.
Tuve que acomodar los pies en el borde de la ruta.
Pensé en mí como se piensa un cálculo.
No vi en el cielo una tormenta que siguió su trayecto
hacia el norte.
Por primera vez me ardieron las rodillas.
Por primera vez percibí el sordo desliz
de la tierra sobre el pavimento.
Me dije que ya era tarde, pero que podría recuperar
el tiempo a manotazos.
Me quedé sentado un largo rato más,
sintiendo que ya no debía demorarme,
sintiendo que podría convencerme
de que el embate del dolor había tenido recompensa.

© Sebastián Olaso

Poema de Susana Roberts



La lluvia

Está llena de burbujas de diálogo materno
deshace el enjambre azul
y en la mitad de los respiros
me convierte en náufrago

No me nombra
alberga el sopor de todos los pecados
y me convierte en un pasante
de amor irrepetible

No sé si hubo un color primero
o fue durante el éxodo otoñal
que deshice todos mis prejuicios

rodeada de granizos espías
dibujé ventanas en el borde de los soles
en la humedad de un frío penitente
fui estirando hebras
donde aún hay sílabas pegadas
a la sequedad de las mejillas

esta lluvia es un clamor de fiesta
cada vez que se empañan las ventanas.

© Susana Roberts

Poema de David Rosario Sorbille


INTENSIDAD

El tiempo pasa
y miro alrededor,
que es lo más próximo
a mi estado de soñador,
pero yo no pienso
en otra cosa
cuando escribo,
no tengo un plan
para escribir,
porque solamente
parto de una frase
que me impulsa
y me hace volar,
como una nube
en el crepúsculo.

© David Rosario Sorbille

Poema de Xenia Mora


CARTA CERRADA

Reclino mis pensamientos en la almohada,
siento el arrullo de una calidez embriagadora,
escucho íntimas melodías que danzan en la memoria de mi piel.
Soy alondra en un instante,
luego ninfa con las gotas musicales que vibran en mis células.
Me visto de fiesta con las alas de alondra
y salgo a pasear por prados y brisas.
Cuando vuelvo , soy velo sutil de luz,
como seda escarchada de estrellas;
el asombro tintinea en mis pies de baile.
Las rosas de mi jardín saludan a la aurora
y desbordan de sus corolas un espejo níveo de rocío.
Las acaricio con la humedad que brota de mis ojos al pensarte.
¡ Es tanta la alegría caminar sobre la luz ¡
Llevo impregnado en todo mi ser el aroma a primavera,
Percibo el fulgor del día que besa a la noche.
Salgo a volar en busca de flores y astros.
Encuentro los pasos de nuestro tiempo.
Bebo del manantial savia de vida
y el sentimiento intacto estrecha nuestras manos.

Despierto con aroma a jazmines, estaba soñando...
Me miro al espejo, ya no soy la misma.
Tengo humedecida el alma
-Solo encuentro una carta cerrada- .

© Xenia Mora

Poema de Martha Goldín


habito inquieta estas horas
.......... las próximas horas
entro en el poema
con la intensidad del peligro
........... la lengua en peligro
entro por la puerta entrabierta
yo entreabierta
como el poema que escribo
vacilo
empujo suave la puerta
................... la palabra
con una quedo adentro
................... con otra salgo
soy y no soy esa puerta
................... esa palabra
que habita en mí
me abre
........... me cierra
la palabra
........... la puerta

© Martha Goldín

Poem de Norma Padra


FRAGIL

El corazón del ángel
......... viste orquídeas
..................... blancas
para los niños muertos,
los que abrazaron las estrellas
........................... solitarios
olvidados
............. deshabitando
los secretos de las palabras.

© Norma Padra

Poema de Ricardo Rubio


MEDIDAS

Reman los peces
.. sus naves de luz acerada.
Las flores arden con asomo violento
y púrpura brillante hace el árbol
de cielo sus sonrisa.

Gritan las golondrinas altas
y suspiros dan los aires
por la violación del ala.

Temo saber un día
.. cuántos átomos es un pájaro,
.. cuánto cosmos, la distancia,
.. cuánto volumen, el beso.

© Ricardo Rubio

Poema de Norma Segades


Jirones de locura

Voy por ruinas en llamas,
por infiernos de muertes repetidas,
por cubiles secretos.
Una nostalgia estéril
me eleva a las vertientes enlunadas,
al insomnio insolente,
a la cólera de ascuas sumergidas
en azuladas ráfagas de viento.

Rehén de tus ausencias,
cercada por las hebras del crepúsculo
como por un concilio de azucenas
al que las uñas de la noche acechan
para trenzar los pétalos del miedo,
imagino tu sed junto a mis labios,
el ritual obstinado de tu aliento,
la avidez de tus manos
en la orilla nocturna de mi cuerpo.

Telarañas de légamo agrietado
desgarran los azogues
para esbozar tu gesto en los espejos...
y yo,
............casi expiación,
............casi tiniebla,
casi Ofelia desnuda
en los delirios verdes del estanque,
habito mis jirones de locura
hasta el final del tiempo.

© Norma Segades

Poema de Rodolfo Abalos



Una pequeña Pompeya

Enredado en un silencio que se multiplica
las voces de la casa repartida en personas
matizan una soledad que trepa como planta salvaje.
Muchedumbre que se agolpa en la mesa
las paredes como espejos reflejan la mímesis que Aristóteles interpretó
Instantes congelados en marcos
retratos calcinados en químicos
una pequeña Pompeya la palabra familia
para la arqueología del presente
y para cada partida una lápida furiosa que crece.
Almanaques que no me ayudan con el tiempo
sostienen recuerdos con inscripciones de eventos
Cada vez más cerca de la puerta supe que estaba ahí
que si salía otro cuerpo me iba a remplazar
otro retrato sobre el mueble iba a aparecer
un gesto chueco para el pasado erigiéndose del polvo
mi espalda y la espalda del otro dividirían esta sensación
me dislocaría en un saludos ingrávido
me dejaría desnudo allá afuera
y muy adentro como un puñal aceitado
la distancia: para un lado la melancolía y para el otro la nostalgia.

© Rodolfo Abalos

Poema de Graciela Maturo


II. La voz del agua en Compostela

.......................a Pierre Marcombe

Fina es la voz del agua en Compostela.

Llueve un agua levísima
sobre la piedra gris
sobre la negra fuente
ensimismada.
Cuenta la lluvia historias
de peregrinos
que durmieron cansados
bajo los fríos soportales.
Canta la lluvia una canción de amigo
para el muchacho que se va
lejos
hacia las rías,
a la guerra.

Dice el agua que es suya esta ciudad antigua
que son suyos los atrios acariciados
las columnas
la plaza en que la tarde bellamente reposa.

Me dice Rosalía:
Shove miudiño.
Llueve en Santiago y lloran
suavemente las gárgolas.
Las campanadas miden
un tiempo sin relojes.

© Graciela Maturo

Poema de Pablo Queralt



El viaje a la semilla
O a la ceniza
En ese fondo de agua
Viendo a trasluz el movimiento
En espiral de lo que sube
Lo que desciende
Iluminada realidad de las cosas
Y no de lo que los ojos ven
Sin jamás alcanzar su dimensión
Verdadero deseo.
Otra vez la Z
En mi corazón
Como si no hubiera nadie
Donde termina el jardín
Preparamos la huída
Donde termina la vida
Este silencio
Imposible de soportar.

© Pablo Queralt

Poema de Moni Indiveri de Vega


es igual que mirar el Guernica
nadie imagina en dónde se encuentra
si le han borrado
el futuro

en blanco y negro entristece más

aunque junte las manos
no moldea el cuenco
la realidad se escapa
de a gotas

© Moni Indiveri Vega

Poema de Osvaldo Norberto Lázaro


NO SOY POETA

conozco la historia de la piedra
su rustica construcción, su hilera de domingo,
conozco el amor de los gorriones
cuando se les convierte en jaula el universo
y la vida los desprotege.

la escasez del dolor en la parálisis del brazo
los ojos de la madre en el establo de la lágrima
el hambre reseca en el estomago con paños de piel
el agua bendita subastada en la calle sin remedio

conozco hasta la expedición a las taperas
en las noches de verano, cuando deserte tu nombre
en la sequía,
la flor que venció un florero
la palabra amor digiriendo teatro

conozco desde el tormento de Artaud,
hasta los jardines sin sol
de Pizarnik,
los Ángeles negros de Ducase,
hasta la ternura de Orozco
el Aleph descomunal de Borges,
hasta la casa tomada de Cortazar
y he pasado silenciosamente por el túnel de Sabato
cuando el crimen me lo pedía.

pero nunca fui poeta, a pesar de haberlo querido
nunca tome píldoras para el dolor
a la hora de los tiempos idos.

© Osvaldo Norberto Lázaro

Poema de Nora Alicia Perusin


POEMAS A LOS AMANTES.

3.

Mi carne desliza granos de arena
en un sol justo entre mis piernas
no quiero escribir si nombro si acecho
yo seré la presa.



© Nora Alicia Perusin

Poema de Marcelo Juan Valenti



Asfixia nacida
en una casa sin ventanas a la calle.
Hacia el dibujo psicomágico
me llevó
la intuición.
Fallé.
Ningún alivio trajeron
los vitrales que horadaban
mansiones imaginarias.
El aire se precipitaba al cielo
desde el patio amurallado.
Así,
el país de la infancia no se abandona jamás,
cerrada la frontera
por la certeza de que para algunos
el paisaje es imposible.

© Marcelo Juan Valenti

Poema de Beatriz Martinelli


el recuerdo
...... aparece antiguo
una piel que olvida la humedad
............................... en el lecho
una voz que canta
............... con todas las voces queridas
y no es una sola
.................... sino cientos
que habitaron el oído

el recuerdo
............ a veces huraño
retacea los instantes
............ en que simple y grácil
el abrazo fue cierto

la caricia rescataba
................. cada rincón del cuerpo
y era sabia y sabedora
....................... de los caminos y codos

el recuerdo
............. necesita de la distracción
sin tregua la va buscando
sin desmayar
................. sigue en camino

© Beatriz Martinelli

Prosa de Pako Rizzo


"BAR SUR"

Vieja esquina de San Telmo, de adoquines fundacionales, donde Candombe, Tango y Milonga se mandaron un festín.

Estados Unidos y Balcarce, Viejo "Bar Unión".

Los hermanos Montesino y una historia de pasión. La cuesta bien definida, traía el río una vez, ahora arrastra la magia, del "Bar Sur" y despues, orillando tangos de los de ahora y ayer.

Cuanto misterio de Aljibe, jazmines y anochecer, paredes con aroma a fueye, guitarra y amanecer.

Sobre el relieve, cantores que engalanan el lugar, una mujer al piano, Desde el Alma tocaba.

El Balconcito florido, va escalando el mozo negro, con un champagne de iluciones, saco blanco y moñito, mientras el mago "Polito" apronta instrumentación.

Entre las mesas curtida, anda paseando "Rigo" con aire de compadrito y en la oreja una flor.

Ahora teclea al piano la precisión de "pacheco","Isabel y Pako" atentos: va a comenzar la función.

En tanto "Mario De Carlo" con Pola" y algún amigo en la mesa, admirando la destreza de la pareja de baile, que saca lustre a la pista

y algún turista soñador que vive con emoción este recuerdo imborrable

de esta esquina porteña

Del tango "La nata y Flor"


© PAKO RIZZO

Poema de Héctor Miguel Ángeli


TÉRMINOS


Degustar no es igual a disgustar.

Según sea,

uno hincha el vientre del arzobispo

y el otro

asume la responsabilidad de la historia.


© Héctor Miguel Ángeli
Pintura: Leandro Torres

Poema de Laura García Del Castaño



Una mano ajena me invita a bailar,
esta música a flor de piel
que sacude los cimientos del habla
con puño y letra de escalofrío.


© Laura García Del Castaño
Pintura: Bego Tojo

Poema de Gabriel Impaglione



Entre un día y otro
en los pliegues de la respiración
del calendario se duermen a veces
los nombres de las cosas.
Llaves extraviadas,
señales del prójimo en el orillo de los diarios,
paisajes desteñidos por rutinas,
pequeños objetos de las estanterías.
Hay días en que me quedo a esperar palabras
mientras miro llegar como hojarasca
papeles en blanco
vibrantes silencios en la brasa del tabaco.

© Gabriel Impaglione
Foto: Laura Nató

Poema de Liliana León Trujillo


Huyo,
es lo único que se hacer.
Me arreglo y huyo.
Tengo ese duelo y huyo.
Negada a la obediencia.

Huyo, en un tranvía suicida,
apurada en usar la muerte,
Marcando ritmos no convencionales,
nada didácticos, desautorizados,
Ritmos aptos para cardiacos
y cuerpos con pocas hora de vida

Me escondo del dolor. –Huyo-.
Nadie puede esconderse del dolor,
pero insisto y huyo.
Con él colgando como extremidades sobrantes,
como ramilletes de regalos inesperados.

Dispersa, en fuga.
Con algo de silencio y miopía.
Empiezo a tropezar con las paredes,
a comer sin apetito, a ladrarle a la luna.
Mientras huyo.

© Liliana León Trujillo

Poema de David Rosales



LA MORADA

Nínive desapareció,
........... mi casa
mi hogar es destruido, cae en pedazos,
no sirvieron las plegarias,

claro oscuro amor por este espacio
que se reduce a siete cicatrices,
un amor, un dolor,
vivo con lo puesto, mi cuerpo se cubre
de viento, me alimento del polvo de luz
que se filtra entre árboles,
peces de colores cubren nuestro lecho,
el espejo que me atrapa destrozado,
hasta las fotos de la pared se han ido.

Desnudo, aterido,
............ tengo miedo,
la tormenta no amaina, las barcas
encallan en arrecifes de blancos huesos,
........... tengo miedo,
el silencio me acompaña,
el día se pierde, emerge desdén ardiente
ahora que la marea baja,

las olas del mar pesan,
el agua me rodea el alma,
algas coronan mi sien.

La lluvia taladra el techo,
muros incendiados, murallas derruidas
mi casa rota, desquebrajada
cae en mi espalda, el polvo
se vuelca a la deriva.

¿Dónde? ¿Dónde reposarán mis restos?
¿Quién vomitará mi cuerpo al infinito?
Ay Jonás, Ay de ti, maldito seas
¿Por qué? ¿Por qué te comiste a la ballena?

© David Rosales

Poema de Liliana Varela


Poema oscuro XL

Atrapada
como si el aliento fuera tóxico
ahogo las palabras.

Mañana será otro día
/otro aire.

© Liliana Varela

Poema de Carlos Adalberto Fernández


VIVIR, MORIR

Yo no escapo a la muerte, ni la espero.
Vivir para morir, yacer inerte,
Esperar ese día en que la muerte
Congele en cero lo que ha sido cero

es sólo vegetar, pensar primero
en durar sin moverse, de tal suerte
que al no vivir, la muerte ha de tenerte
cual recién nacido, liviano, tan ligero

que morir no duela. Habrá perdido
quien en verdad en nada se ha jugado.
Simplemente perdió no haber vivido.

Yo moriré sin nombre, sin dinero
Solo diré que amé, y viví tanto
como sufrí, gocé, y me di entero.

© Carlos Adalberto Fernández

Poema de Clara Del Carmen Guillén


.... Soledad
.......... esa daga que lacera mi espalda

..................... enlazada a tu cuerpo
................... oculta en mis palabras.

Entretejo tu rostro disidente :
............. Eres más infinito que tu nombre
................eres la negación urdiendo a tientas
...................... el silencio más hondo
.................. del que ofrece
..........su desamor clavándose en los sueños.

© Clara Del Carmen Guillén

Poema de Fernando Trejo


La ausencia

2.-

Esta hoja es un sesgazo de tijeras de mano
esta línea ----------- : una simulación de tu recuerdo casi insostenible
este párrafo
todo comprendido entre mis dedos
es como un pájaro morado en la penumbra de la noche

© Fernando Trejo

Poema de María Laura Coppié


Stop

Impedidos
vamos por la vida.
Impedidos.
Para amar,
para amarnos.
Esto no lo hago.
No doy más.
Puedo
hasta acá.
Soltame la mano.
¿Sí o no?
Sí pero no.
No te beso por la calle.
Te extraño.
Ya te quedaste demasiado.
Te hago un café
¿Un café?
¿Te pido un remise?

Compramos corazones a cuerda
para engañarnos y creernos.
Si digo que sí,
¿qué implica?
¿Qué firmo?
¿Cuál es el compromiso?
¿Qué decimos si decimos las palabras?
Yo espero
y no quiero.
El collar de perlas negras,
rosario que reza mis gataflorismos,
es mi único escudo.
Dejá que sea la barrera
entre las pieles.
El cable a tierra
que nos retenga en la vergüenza
de no saber siquiera
nuestros nombres.

© María Laura Coppié

25.11.09

Poema de Martín Jiménez Guerra


Había poesía en su mirada

Idea, no podrás ayudarme esta noche.
Ya no.
En el revés de su ida
veo al mundo derrumbarse
sobre el jardín de Safo.
Ya no hay caricias en su voz
ni en sus ojos guarida.
No hay rincones que me sostengan
en este vacío que me entierra
su adiós
ni resquicios en donde se filtre
la esperanza que consuele.
Tenías razón Macedonio:
nada quedó sin doler.
Había poesía en su mirada
y ahora habitan atragantadas palabras sin decir
revueltas en la garganta del verso.
Había poesía en su mirada
y sólo queda adherida
a la suela de los recuerdos
las esquirlas de un amor que nunca fue pisado.

© Martín Jiménez Guerra

Poema de Jorge Boccanera



OASIS

Caminé en el desierto de tu lengua.
De cada polvareda hice un recuerdo grato.
De una piedra redonda, un amuleto.
De las verdes tormentas hice un bosque.
De cuatro lagartijas, un amigo.
Caminé,
.......... ¿Para qué?
Si el que habla de estas cosas es apenas el viudo de tu lengua.
........... ¿Para qué?
Caminé,
........... Caminé.
El bosque, el amuleto, el amigo, el recuerdo, son puñados de polvo.

¡Tanto excavar por una sola perla de agua!
¡Todo mi harén es una Sordomuda!

© Jorge Boccanera

Poema de Ana Guillot



...........
a miguel ángel molfino

...........a mempo giardinelli, natalia y celeste


¿diré que no
si el río va y va
y yo soy agua?
charquito o empedrado
pura humedad
balsa o camalote o totora
¿diré que no?
si es resistencia el nombre
que fluye como el río
como la sangre misma
en un temblor
del verde
el resto de la tarde
suave paso de gato
culebra o colibrí
al sol
como emergente
del color verdadero
y de su forma

¿qué diré al canto del zorzal
a la arcilla que late que me late
entre los cuencos rojos
del tan relampagueante corazón?

¿diré que no al cielo alborotado
al rumor del verde y su vestido?
trébol o vicisitud o pluma
de loro barranquero
camalote o zozobra
el paisaje
se lleva o no se lleva
en los cuencos amables
de la especie

hay en la galería
una niña que dice que ella sabe volar
pájara o mansedumbre o liviana
sed de muchachita
hay en la mesa pan
hay vino y mandarinas
y es feliz el verano
sobre la casa abierta

el hombre que no sabe
lo que lleva sembrado
ríe
y es feliz él también
en la cuerda del cielo
en el azul frontal
de su discurso
que fluye como el río
riego o manto o virtud
del color verdadero
en el tan humedecido corazón
¿diré entonces que no
si el agua va y va
y yo soy río?

© Ana Guillot

Poema de Alfonso Freire


Entre la lluvia y tus besos

Cuando quise regresar
tú estabas partiendo

mi corazón

caía entre la lluvia y tus besos
tierna
mirabas detrás del aeropuerto
nuestra partida
y sin equipaje válido ante tu imagen
me lencé al vacío
para iniciar mi búsqueda
debajo de tu piel.

Sigo por un camino que arde
y la amistad se desintegra
quedando solo algunos árboles heridos
a los cuales abrazo para no caer
en la hoguera
y encontrar el cántaro fresco que llevas en tu cintura

cuando quise regresar
ya no estaban los amigos
pero estabas tú
en el último control de carretera
con una bandera limpia entre tus manos
y una sonrisa que iluminaba el camino

Cuando quise regresar
ya había llegado al desamparo
en medio del grito
estabas esperando en mi poesía
buscando razones para hacerme levantar los brazos
y encontrar los tuyos
salir de la esquina amorosa
para reconocer la vida
después de tanta muerte.

© Alfonso Freire

Poema de Alfredo Palacio


TANTAS VECES ES MÁS FACIL, CÓMODO, SEGURO
preparar pañuelos de despedida
pensar palabras para la ocasión
.. que temblar con el fuego que nace ante nosotros.
Un salto al vacío
...... cruzar otra frontera con el corazón.
Tantas veces es mejor
pensar en el barco que partió
escribir un poema triste
.......... recordar
.............. un rostro amado que ya no está.
Tantas veces es más fácil
seguir ordenando las cosas
sacarle el polvo a viejos adornos
que comprar una muñeca de arroz
..................... un pétalo sin nombre
......................... a quien queremos descubrir.
Y cuando hablo de descubrir
...................... nombro
......................... la ilusión que se renueva
......................... besos de otra talla y color
......................... también otro salto al vacío.
La piel que acaso esperamos siempre
............................... ya llegó
.................................. y no queremos ver.

© Alfredo Palacio

Poema de Ariosto Uriel Hernández


Serani

Como el agua te asomas en la mirada que desciende,
como labios del alba humedeciendo las espaldas,
así vienes con tu voz en el viento en las olas de mis sueños.
Vienes a la isla solitaria a esconder lejanías que nos separan,
y te espero en un barco a la distancia,
en el vuelo de las blancas aves,
en las sombras que atraviesan tu recuerdo.
Toco el agua con la piel herida por tu ausencia,
bebo el alba que pronuncia mi boca,
con las arrugas de mis manos acaricio el viento que silba tu nombre,
tu bendito nombre en estas palabras,
en estas páginas donde se hacen los poemas a la mar:

© Ariosto Uriel Hernández